sábado, 4 de septiembre de 2010

Mitologia Indigena

En el pueblo Chibcha todas sus actividades giraban en torno a la religión y a sus dioses, el principal era el sol a quien denominaban Xué. En su honor había un templo en el valle de Iraca, en donde vivía el sumo sacerdote de Sogamoso. Todos los súbditos debían concurrir a la confederación de Sugamuxi, al menos dos veces en su vida y ofrendar presentes. La luna considerada la esposa de Xué era otra de las divinidades a quien se le rendía culto especial.



Chiminigagua, principio creador



Según la leyenda Chiminigagua fue el creador del universo y es considerado la divinidad suprema. El lanza al aire las aves negras origen de la luz, la cual después se condensó en el sol, en el reflejo de la luna y en el arco iris, denominado cuchaviva.



Bachué, progenitora de la humanidad...



La leyenda cuenta la historia de una mujer (Bachué) que emergió de la laguna de Iguaque acompañada de un niño de 3 años. Con el pasar del tiempo y una vez que el pequeño había crecido celebraron el matrimonio y poblaron la tierra. Cuando el mundo estaba poblado, y ellos viejos, retornaron a la laguna y se sumergieron en las aguas dejando muchas enseñanzas a los nativos. En su lugar salieron dos grandes serpientes.



Bochica, el ser civilizador



Cuando la humanidad se hallaba sumida en el desorden, hizo su aparición por el oriente de la Sabana de Bogotá, Páramo de Chingaza Bochica, un anciano venerable de largas barbas y pelo blanco, vestido con una túnica y en su mano una varita de oro. Bochica predicó y enseñó las buenas costumbres a los habitantes de la sabana, les dictó algunos preceptos morales. El civilizador de los indígenas enseñó a sembrar, a fabricar casas y a tejer en algodón y el fique, a cocer el barro y hacer ollas, la manera de calcular el tiempo y determinar las fechas para la siembra y la recolección. En una época cuando la Sabana de Bogotá estaba inundada por causa de chibchacún, dios de las aguas, Bochica invitó a los grandes caciques para que lo acompañaran a la región del Tequendama. Una vez allí subió sobre el arco iris y con su vara golpeó las rocas dando salida a las aguas. Así se formó el Salto de Tequendama. En castigo, condenó a chibchacún a cargar la tierra sobre sus hombros. Los indígenas creían que cuando este se cansaba y cambiaba de hombro la gran piedra se producían temblores y terremotos.





La leyenda de "El Dorado"



Muchos de los conquistadores que pisaron territorio americano lo hacían atraídos por las enormes riquezas de los nativos. El conocimiento de las ceremonias y solemnidades religiosas en que los chibchas arrojaban ofrendas a sus dioses hizo surgir la leyenda de El Dorado que se halla relacionada con la adoración del agua.



Las lagunas eran consideradas lugares sagrados en donde se celebraban ceremonias de gran esplendor, durante las cuales se arrojaban al agua tunjos (figuras en oro) para ofrecérselas a sus dioses.



Entre los principales lugares sagrados se encuentra la laguna de Guatavita en donde se llevaba a cabo la elección del cacique de la localidad, cuando montado en una balsa de oro llegaba hasta el centro de la laguna y se sumergía con su cuerpo totalmente cubierto en polvo dorado.









La Balsa muisca, como se conoce hoy, representa la investidura del cacique del pueblo de Guatavita. Esta pieza que pesa 287,5 gramos y tiene 19,5 centímetros de largo por 10,1 de ancho y 10,2 de alto fue hallada, junto con otra importante figura votiva, a principios del año 1969 por tres campesinos dentro de una vasija de cerámica en el interior de una pequeña cueva del municipio de Pasca, al sur de la ciudad de Bogotá. Se encuentra hoy en el Museo de Oro en Bogotá.

"Cientos de miembros de una tribu vinieron de lejos para reunirse a la orilla de un profundo y oscuro lago en el cráter de un volcán extinto, a 3.000 metros sobre el nivel del mar. Un murmullo recorrió a la multitud mientras se hizo la solemne ceremonia. El jefe fue desvestido por ayudantes, se le puso arcilla en el cuerpo desnudo y se le salpicó con polvo de oro hasta que se convirtió en El Dorado. Fue Ilevado hasta una balsa, donde se le unieron cuatro caciques. Después de ser cuidadosamente cargada con ofrendas de oro y esmeraldas, se empujó la balsa hacia el lago. Los cantos y la música reverberaron desde las montañas vecinas conforme el ritual llegaba a su clímax. Luego, silencio. Los caciques tiraron las ofrendas al agua y después el iefe se tiró, emergiendo de las profundidades con el cuerpo limpio de su capa áurea. La música se reanudó para Ilegar a un nuevo crescendo."

(Descripción de El Dorado por el español Juan Rodríguez Freyle, 1636.)







En el fondo el lago de Guatavita. Superpuesto a la fotografía,

un grabado de la época retrata el ritual del hombre dorado.





Hernán Pérez de Quesada, hermano del conquistador de Nueva Granada, fue el primero en tratar de recuperar el tesoro que supuestamente estaba en el fondo del lago Guatavita. En la temporada seca de 1540, ordenó a sus hombres vaciar el lago con guajes. Luego de tres meses de paciente labor, consiguieron bajar tres metros el nivel del lago. Se recuperaron entre 3 000 y 4 000 piezas pequeñas de oro de la orilla del lago, pero nunca consiguieron Ilegar al centro, donde supuestamente se encontraba el codiciado botín. Cuatro décadas después se hizo un intento más audaz para vaciar el lago. Un comerciante de Bogotá empleó a miles de nativos para excavar una zanja en una de las colinas que rodeaban el lago. Cuando fue terminada, las aguas salieron del lago, esta vez bajando su nivel más de 20 metros. Se halló una esmeralda del tamaño de un huevo y varios objetos de oro, pero esto no compensó el esfuerzo. Otro cazador de tesoros excavó un túnel para vaciar el agua, pero tuvo que abandonar el proyecto cuando debido a la im provisación el túnel se derrumbó y casi todos los trabajadores murieron.

En 1912 se hizo un intento final de vaciar el lago, cuando unos británicos buscadores de tesoros usaron bombas gigantes. Aunque vaciaron casi todas las aguas, el lodo suave del lecho hundió a los que se aventuraron a entrar. Al día siguiente el lodo se secó y su consistencia se hizo tan impenetrable como el concreto. Los británicos gastaron 160 000 dólares y recuperaron 10 000 en objetos de oro. En 1965 se puso fin a los inútiles esfuerzos para Ilegar al fondo del lago Guatavita, cuando el gobierno colombiano lo declaró sitio histórico.

No hay comentarios: